EMOCIONES QUE EDUCAN: HERRAMIENTAS PARA LA GESTIÓN EMOCIONAL EN DOCENTES, INFANTIL Y ADOLESCENTES

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Qué es la Inteligencia Emocional

El concepto de inteligencia emocional (IE) como tal fue propuesto por Salovey y Mayer en 1990, a partir de las inteligencias intrapersonal e interpersonal de Gardner. Según estos autores la inteligencia emocional está formada por metahabilidades que se clasifican en cinco dimensiones que se constituyen como habilidades innatas en todas las personas, ya sea en mayor o menor grado

Lograr un desarrollo social y afectivo adecuado en los niños conlleva que aprendan sobre gestión emocional, es decir, que tengan conocimientos acerca de lo que son las emociones y cómo pueden regularse. Para ello deben integrar el mundo emocional como parte muy importante de su experiencia. Desde bien pequeños podemos mostrarles las diferentes emociones que pueden sentir y las situaciones en las que aparecen cada una de ellas (aunque esto es sólo el comienzo de un aprendizaje que continúa durante toda la vida).

Enseñar a los niños técnicas y herramientas de gestión emocional les permitirá ser más adaptables a diferentes situaciones, facilitará sus relaciones sociales y les dotará de una mayor seguridad en sí mismos. A continuación, nuestros psicólogos infantiles te dan las claves para que ayudes a tu hijo a tener una buena gestión emocional.

 

Herramientas básicas del desarrollo emocional

El desarrollo emocional consiste en un proceso que podemos resumir en la adquisición de 5 herramientas emocionales básicas:

 

1. Conciencia emocional

Consiste en hacer ver al niño la emoción que está sintiendo en ese momento, de forma que él mismo sea capaz de identificarla en un momento concreto.

 

2. Regulación emocional

Implica ser capaz de expresar la emoción de la forma más adecuada. Esto quiere decir mostrarla delante de otros pero de forma proporcionada. Sería igualmente inapropiado esconderla o pegar a otro niño o romper objetos cuando se enfadan. La regulación emocional requiere hacer una valoración de lo que siente uno mismo, de la situación y de las personas que hay alrededor para, después, decidir de qué modo se expresa la emoción.

3. Autonomía emocional

Implica saber gestionar emociones y, por tanto, tener autocontrol. Estos hechos dan seguridad al niño acerca de sus propias capacidades.

4. Competencia social

Está relacionada con la capacidad de percibir las emociones de los demás (empatizar) y permite actuar de forma más adecuada al tener en cuenta los efectos sobre los demás.

 

5. Competencia para la vida

Consiste en ser capaces de guiar la propia conducta en función de la gestión que hemos hecho de nuestras emociones, manteniéndonos en el camino hacia el logro de nuestros propios objetivos.